domingo, 18 de noviembre de 2012

Medicina alternativa para tratar aspectos físicos, emocionales y mentales

Miércoles, 19 Septiembre 2012
El ‘boom’ de los remedios naturales y las terapias alternativas de los últimos años ha hecho que muchas personas encuentren en la antes llamada medicina alternativa una opción eficaz para el alivio de enfermedades, molestias y dolencias. En el caso de los niños, ha probado ser exitosa en el tratamiento del asma, la dermatitis atópica y las infecciones respiratorias, entre otros problemas que aquejan con frecuencia a los menores.

Pero, ¿en qué consiste y en qué se diferencia de la convencional, o alopática, usada tradicionalmente en el mundo occidental? En primer lugar, su objetivo es regular o reconstituir la energía de los seres vivos a través de diferentes herramientas, como la homeopatía, las esencias florales, la acupuntura, la terapia neural, el reiki y el yoga, entre otras múltiples terapias, cuya finalidad es tratar al paciente de forma integral, estudiando su esfera física, mental, emocional, social y ambiental.

medicina alternativaDe ahí que en la actualidad ha pasado a llamarse medicina integrativa, puesto que en el diagnóstico y tratamiento se integran diferentes disciplinas. “El abordaje de cada persona es individualizado al tener en cuenta que las enfermedades no solo se manifiestan por una alteración física, sino mental o emocional. De hecho, para los médicos expertos en esta área los síntomas emocionales y mentales son los que más influencia tienen en la salud”, explica Clara Inés Sandoval Borrás, médica pediatra bioenergética.
Lo anterior tiene un fundamento científico, pues está comprobado, por ejemplo, que cuando las personas están tristes, aburridas o deprimidas, su sistema inmunológico se afecta y, en consecuencia, aparece la enfermedad como una respuesta del organismo frente a lo que siente y piensa el individuo.
“Las emociones y los pensamientos producen unas sustancias tangibles en el cerebro, las cuales repercuten positiva o negativamente en la producción de hormonas y anticuerpos. De esta manera, cuando son negativos, la energía del cuerpo se desequilibra. Nuestra tarea es lograr que esta vuelva a estar en armonía para que el paciente mejore”, comenta Clara Inés.
En el caso de los niños, el manejo es un poco más complejo porque el especialista en medicina integrativa, o bioenergética (cumplen la misma función), debe idealmente haberse formado en pediatría para que los tratamientos tengan un mayor grado de efectividad. “Cuando los padres encuentran, por ejemplo, un homeópata que además es pediatra, se amplía el campo de visión, pues el médico analiza patrones de crecimiento, de desarrollo y de alimentación en la consulta”, dice Amparo Díaz, médica pediatra homeópata.
Aspectos diferenciadores
Las diferencias entre un pediatra alópata y uno bioenergético son varias. En primera instancia, por lo general, el médico convencional estudia al paciente desde el plano orgánico o físico, razón por la cual los medicamentos que formula están orientados a contrarrestar síntomas, en muchos casos, y no a atacar el origen o la causa del problema. Esto no se puede generalizar. Algunos médicos alópatas tienen una visión más completa del paciente.
La doctora Díaz explica que “si un niño, por ejemplo, tiene gripe, el médico alópata le recetaría medicinas que inhiban la producción de secreciones. Los remedios homeopáticos, en cambio, buscarían mejorar su sistema inmune y fortalecerlo frente a los cambios climáticos para que se enferme menos”.

Comentario

Nos encontramos ante una noticia publicada el miércoles 19 de septiembre de 2012 en la sección Niños (Salud) del periódico digital ABC del Bebé, en la que se muestra la influencia de la medicina alternativa en la actualidad, a la que se refiere como “el boom” , y su eficacia, sobre todo, en niños pequeños, a pesar de su elevado grado de complejidad.

Además, cuenta como en muchas ocasiones este tipo de terapias se conocen como “medicina integrativa”, debido a que tratan diferentes aspectos relativos a las personas, como son la “esfera física, mental, emocional, social y ambiental” de cada uno, y las cuales hay que tener en cuenta a la hora de determinar el problema y tratamiento para cada persona. Por todo esto se diferencia este tipo de medicina a la convencional, la cual durante mucho tiempo se ha centrado solamente en aspectos biológicos de la salud, dejando a un lado los problemas psíquicos y derivados.

Todo esto, sin embargo, ha ido cambiando debido a la gran cantidad de mejoras y avances en este campo, que engloba a ambos tipos de medicina (aunque muchos lo critiquen). Aunque sigue siendo uno de los motivos por el cual muchos se decantan más por el uso de las nuevas terapias; que buscan el bienestar general, en unión mente-cuerpo; que por la medicina tradicional; que como bien dice en el texto trata a los pacientes “desde el plano orgánico o físico, razón por la cual los medicamentos que formula están orientados a contrarrestar síntomas, en muchos casos, y no a atacar el origen o la causa del problema”.

El determinar la raíz, causa u origen de una enfermedad en muchas ocasiones, y a pesar de las tecnologías, no resulta fácil, como ocurre en el caso de las enfermedades de la sangre… Por todo esto que hemos venido comentando sabemos que es difícil encontrar a personas especializadas en algo tan concreto como la medicina pediátrica homeópata, que ayuden a solucionar enfermedades leves, por ahora, como pueden ser el asma, la dermatitis atópica y las infecciones respiratorias. Ante estas oportunidades muchos aceptan probar las nuevas opciones que se les ofrecen y que antaño ni se planteaban como son la homeopatía, las esencias florales, la acupuntura, la terapia neural, el reiki y el yoga.

Desde mi punto de vista, esta noticia da a conocer muchos aspectos de los que la mayoría de la gente no tiene conocimiento, acerca del ámbito de la salud.
Siempre lo más fácil  ha sido y es ir al médico a que te receten cualquier antibiótico o medicina que te ayude a curarte, pero en ocasiones hay personas que intentan saber el por qué de su enfermedad, sobre todo si es inusual y no se conocen causas ni tratamientos. Es entonces cuando se recurre a lo que la medicina convencional no puede hacer frente, las terapias alternativas.
Muchos problemas de la salud no están determinados por el bombeo de la sangre o anomalías óseas, sino por las emociones y pensamientos, que en determinadas ocasiones suponen consecuencias malas a nuestra salud. Esto se debe a que, como se cita en la noticia,  “Las emociones y los pensamientos producen unas sustancias tangibles en el cerebro, las cuales repercuten positiva o negativamente en la producción de hormonas y anticuerpos. De esta manera, cuando son negativos, la energía del cuerpo se desequilibra”.

Son las terapias alternativas, a las cuales estoy a favor como bien se puede notar, las encargadas de este tipo de problemas, actuando como “balanza” y ayudando sobre todo al ejercicio de nuestros sentimientos.

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